Transmisión de la empresa familiar

En España las empresas familiares son los principales motores de la economía. El Instituto de Empresas Familiares (IEF) calcula que 1,1 millones de las empresas de nuestro país son familiares, lo que representa un 89% del total. Sin embargo, no existe una regulación legislativa específica de este tipo de empresas. Como abogado en Tenerife una de las cuestiones que abordo con mayor frecuencia es la de la transmisión empresarial entre familiares.

La importancia de planificar  cuanto antes la transmisión

Se considera como empresa familiar aquella en la que una parte esencial de la propiedad está en manos de la familia. O bien, cuando  los miembros participan de forma decisiva en los procesos de administración y gestión y existe una vocación de continuidad generacional. Aunque no suele hacerse, lo cierto es que es muy importante planificar cuanto antes la mejor manera de transmitir la empresa familiar.

Muchas veces la necesidad de garantizar la continuidad de la empresa se considera más importante que los objetivos económicos. Planificar los procesos de sucesión se vuelve una de las claves para la pervivencia de la empresa familiar. Hay que tener en cuenta para ello tres elementos fundamentales: la familia, el negocio y la propiedad.

A la hora de plantearse la transmisión de la empresa, es importante que exista un acuerdo entre los socios actuales y los que van a sucederles, tratando de adelantarse a cualquier tipo de problema o discrepancia que pudiera acaecer. Y esto se hará dejando claro cómo será el proceso de sucesión, en qué momento y forma ingresarán los familiares en la compañía, cuáles son los objetivos y políticas de la empresa etc. Son puntos fundamentales.

Transmisión de la empresa familiar

Qué es el protocolo familiar

El protocolo familiar es un documento de tipo general. En él  se pueden detallar y recoger todos los pasos a dar y los objetivos a conseguir. El Real Decreto 171/2007, de 9 de febrero se encarga de definir esta figura en su artículo 2.1 como: “aquel conjunto de pactos suscritos por los socios entre sí o con terceros con los que guardan vínculos familiares que afectan una sociedad no cotizada, en la que tengan un interés común en orden a lograr un modelo de comunicación y consenso en la toma de decisiones para regular las relaciones entre familia, propiedad y empresa que afectan a la entidad”. Se trata  de un documento que recoge el código de conducta que regula las relaciones de los miembros de la familia en lo que respecta a las relaciones profesionales y económicas.

Pero también es muy importante tener pensado cómo será la transmisión de la empresa a nivel civil. Previendo cualquier tipo de circunstancia que pueda darse, ya que en ocasiones no estamos preparados. Por ejemplo, si los padres mueren de forma prematura es posible que los hijos sean menores de edad y no puedan hacerse aún cargo de la empresa. En este caso, sería importante contar con alguien que asuma la gestión de la empresa de manera temporal.

Una buena idea es elegir uno o dos administradores testamentarios que tengan que ponerse de acuerdo para velar por los intereses de la empresa, hasta que los herederos legítimos estén en condiciones de asumir la gestión.

Contar con la figura de un abogado Mercantil en Tenerife experto en el proceso de cambio generacional como  Fernández Bethencourt puede facilitar mucho todo el proceso. No solo en lo que se refiere al asesoramiento técnico y la gestión de conflictos, sino también aportando una visión imparcial y un orden metodológico imprescindible para llevar adelante el proceso de transmisión de la empresa.

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